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La inclusión educativa como valoración de la singularidad

  • Publicación de la entrada:20 febrero, 2019
  • Tiempo de lectura:8 minutos de lectura

A LOS DOCENTES:

Partimos de la idea de que cualquiera de nosotros  podemos  quedar en situación de discapacidad  en algún  momento de nuestra vida, por enfermedad o por accidente, ninguno de nosotros está exento a esto

Pero no solo relacionemos la inclusión a la discapacidad sino también a todos los estudiantes en riesgo de exclusión por los mecanismos excluyentes del sistema educativo.

Y si nos abocamos exclusivamente a la  inclusión educativa, podemos decir que surge del convencimiento de que el derecho a la educación es un derecho básico adquirido colectivamente, que constituye la base de una sociedad más justa.

El objetivo entonces de la inclusión, es   transformar las escuelas de modalidad común para que las escuelas de modalidad especial no sean necesarias.

La inclusión habla del derecho y la obligación social de construir comunidades para todos, que permitan valorar la diferencia y transformar sociedades, ayuda a superar obstáculos que limitan la presencia, participación, logros y bienestar de todos los estudiantes. Busca la integridad como ser humano y promueve oportunidad de aprendizajes.

Pretende cambiar la educación en general,  educando a los alumnos con valores  formando  una generación de ciudadanos comprometidos socialmente en la lucha contra la exclusión.

Como sujetos transmisores del modelo inclusivo es que debemos proponernos derribar cuanto antes una de las barreras más fuertes como lo es la barrera actitudinal al seguir justificando la exclusión con uno de los dichos más frecuentes: “no estoy preparado”, en todo caso el docente, como dice Carlos Skliar :”nunca vamos a estar preparados para lo que está por venir, debemos estar disponible”  para recibir a todos los sujetos en igualdad de oportunidades por el solo hecho de ser considerados todos: EDUCABLES.

Un estado garante del  ingreso , tránsito y egreso de los alumnos promoviendo propuestas de enseñanza y condiciones para desarrollar aprendizajes significativos y condiciones de trabajo óptimas.

Hoy los docentes debemos estar  convencidos y comprometidos con el proceso de inclusión, y creemos  que  estamos ante una nueva visión de la educación basada en la diversidad, en la que se destacan elementos o aspectos  fundamentales donde:

– Se busca  la forma  de responder de la mejor manera a la diversidad de estudiantes.

– Se busca identificar y remover barreras, estando  atentos a los obstáculos y a la mejor manera de eliminarlos.

-Se garantice, tanto la presencia como la  participación y el aprendizaje  de todos los estudiantes.

-Se brinda mayor apoyo  aquellos alumnos con mayor riesgo a sufrir marginación o  exclusión por las barreras del sistema .

Y para poner en práctica estos elementos, necesitamos una escuela que:

*reconozca  la diversidad de estudiantes  en sus proyectos educativos, la rigidez del curriculum y la necesidad de flexibilizarlo con  estrategias para potenciar a cada niño.

*que forme a sus docentes con un espíritu inclusivo.

*que valore a la diversidad como factor para mejorar la calidad educativa.

*que vea  a la diversidad como modo para transmitir valores de justicia, solidaridad, comprensión y respeto.

*que utilice variedad de recursos pedagógicos, que responda a la diversidad de los estudiantes.

*que respete la singularidad y los tiempos de aprendizajes de cada alumno.

La formación docente es uno de los  factores  clave y decisivo para el éxito de la inclusión, para ello direccionar esta formación para que cada docente pueda:

-Tener una perspectiva amplia de la diversidad de estudiantes.

-Tener la posibilidad de proponer otros modos de organización y enseñanza así como contar con servicios que le puedan brindar apoyo para esos cambios en el aula y la escuela.

-Contar con  servicios de apoyo necesarios para lograr con éxito el proceso de inclusión y saber a dónde recurrir.

-Identificar posibilidades y fortalezas en todos los alumnos en el proceso de aprendizaje.

-Conocer el contexto que rodea al estudiante.

-Lograr habilidades para el trabajo en equipo y relaciones personales.

– Incorporar estrategias de aprendizaje cooperativo.

-Competencia para desarrollar una educación inclusiva, justa y equitativa con una nueva concepción de sujeto de aprendizaje.

Los ministerios de educación  deben desarrollar planes de formación permanente y continua a largo plazo, para docentes de ambas modalidades siempre en forma conjunta.

-Poner a disposición de las docentes, innovaciones no solo tecnológicas  sino también en lo que refiere a material bibliográfico.

-Incorporar docentes con discapacidad, indígenas, diferentes géneros sexuales, que muestren el respeto a la diversidad humana  que sirvan de modelos a sus alumnos, propiciando valores de convivencia y aceptación de la diversidad.

-Crear un espacio de reflexión y discusión sobre los aspectos a tener en cuenta para una Escuela Inclusiva.

Con la inclusión se abren oportunidades y se genera el bienestar de todos, el trabajo en redes y por sobre todo se desarrolla el valor de la solidaridad.

La inclusión tiene que ver con garantizar condiciones, procesos y resultados de aprendizajes justos y  equitativos , de calidad para todos y todas. Para esto , se necesita reconocer el cambio de paradigma en pasar de entender la educación inclusiva como la atención a los alumnos categorizados como con necesidades especiales, o dificultades para  poner el foco en cómo es cada persona  puede aprender más y mejor formando parte de espacios colectivos de aprendizajes con sus pares y docentes.

Que toda institución desde el nivel inicial a la educación terciaria, asuma la responsabilidad de educar a cada alumno en su singularidad y diversidad.

Comprometer a todos los alumnos para que ellos mismos asuman el protagonismo y la regulación de sus aprendizajes. Esto se logra cuando los alumnos se ayudan mutuamente, asumiendo fortalezas y debilidades, de esta manera transformamos supuestas dificultades en oportunidades de aprendizaje.

Por último y como punto fuerte, resulta necesario preguntarnos sobre cuán inclusivo somos  en nuestras mentalidades, culturas, políticas y prácticas para tener una actitud abierta hacia la diversidad como forma de vida en una sociedad  donde el pilar fundamental sea la justicia social. La clave reside en forjar sistemas educativos genuinamente inclusivos en oportunidades de aprendizajes.

A modo de conclusión decimos:La escuela de hoy no es la misma de hace  años atrás, ni está dirigiendo a la misma población, ni el contexto social y político es el mismo, ni los conocimientos pedagógicos, ni el acceso a la información. Existe la necesidad de adoptar políticas educativas que protejan esa diversidad y la dignifiquen.

Desde una visión amplificadora de diversidad, se valoran las entidades, pero son esenciales los cambios en la política educativa, en la gestión administrativa, en la formación de los docentes y profesionales que forman a los docentes, la incorporación de distintas estrategias en las aulas y fundamentalmente, un  currículo flexible.

Hablar de inclusión  es hablar de un mundo para todos, garantizado por el estado, donde cada miembro de esta sociedad pueda ser parte , siendo un sujeto participante, capaz de ejercer libremente sus derechos adquiridos, sujetos auténticos, donde la educación como proceso social, no sea un obstáculo sino un generador de posibilidades.

Ser docente de una  escuela inclusiva implica apropiarse de la idea  que todos los niños y niñas son sujetos de múltiples posibilidades, que deben ser habilitadas, estimulados y respetados.

 

Por Prof. Sandra Ferrero
Docente de apoyo a la a Inclusión    

Información extraída de:

– “15 claves de análisis para apuntalar la Agenda Educativa 2013 de la OEI-UNESCO

-Asesoramiento de la Mgter Silvia Bersanelli-Expresidente de CONADIS.