La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (Ley 26.378) establece que los Estados Partes garantizarán a las personas con discapacidad los derechos políticos y la posibilidad de gozar de ellos en igualdad de condiciones con las demás y se comprometerán a asegurar que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente de la vida política y pública.
Para cumplir con este compromiso, los edificios donde se vota deben tener rampas que permitan el acceso y desplazamiento como lo dice el artículo 9 de la Convención (accesibilidad).
Los entornos deben ser accesibles facilitando el acceso a la comunicación.
Las autoridades de mesa deben estar capacitadas para dar los apoyos que requieran las personas con discapacidad.
Pueden entrar a votar con la persona que elijan, también lo puede hacer con el presidente de mesa si así lo desea (Ley 26.774 art. 94).
Además las personas ciegas lo pueden hacer acompañados de su perro guía como lo dice la Ley 26.858.
Hablamos de inclusión pero en cada momento electoral visibilizamos que aún no estamos preparados como sociedad.
Las boletas no están en sistema braille para las personas ciegas, como así tampoco los cuartos oscuros, ni tampoco los integrantes de la mesa conocen la lengua de señas en el caso de las personas sordas.
Las escuelas y los edificios aún siguen sin ser accesibles para las personas con movilidad reducida o en silla de rueda, debiendo adaptarse al momento ante cada situación.
Respetemos los derechos de las personas con discapacidad, respetar es dejar decidir, es aprender a preguntar a las personas con discapacidad y no decidir por ellos, es circular por la ciudad sin obstáculos, es entrar a un lugar y sentir que ese lugar te dice adelante y no sentir que te excluye por ser inaccesible.
Es dejar de invisibilizarlos, de dejar de pensar que generan gastos, que molestan, que no son parte de esta sociedad, es permitirles estar.
Es permitirles estudiar, trabajar, votar, es dejarlos SER.
Tengamos una mirada solidaria y construyamos una sociedad para todos, donde podamos convivir y caminar con el otro, que cada lugar y cada acto sea pensado para todos.
No solo debiéramos acordemos en momentos como lo son las elecciones, de que el contexto no está adaptado para todos, que existen barreras de accesibilidad y comunicacionales.
Se deben instrumentar políticas públicas para los más vulnerados, los que siguen estando en situación de discapacidad porque el contexto los excluye y los discapacita.
Las leyes existen, solo debemos cumplirlas.
Prof. Sandra Ferrero
Docente de Apoyo la Inclusión