Por Pedro Bayugar
Secretario Gremial SADOP – CDN
La política gremial de SADOP a partir de la instalación del gobierno del Presidente Mauricio Macri, luego de un momentáneo o circunstancial periodo de cierta calma, desde el 11 de diciembre 2015 y hasta la firma de la Paritaria Federal Docente el 25 de febrero 2016, se direccionó rápidamente hacia la conducción de los conflictos provinciales, y luego, ya en abril, comenzamos a movilizarnos por diferentes reclamos, producto del incumplimiento de lo acordado, y así fue que realizamos el paro y movilización del 4 de abril, en conjunto con CTERA, colmando la Avenida Callao, en la Ciudad de Buenos Aires, por varias cuadras, como también en muchas otras movilizaciones concretadas en diferentes ciudades a lo largo y ancho del país.
Es que, sin dudas, desde el comienzo de la gestión Macri quedó claramente plasmado en sus diferentes medidas que este modelo no tenía en cuenta los derechos de los trabajadores, despedía sin pudor ni vergüenza, y a su vez prometía los tarifazos, que nos rememoraban la políticas neoliberales de la dictadura cívico militar o la de los años ‘90.
Los diferentes logros alcanzados en Paritarias se fueron desvaneciendo, detrás de engañosos subterfugios, con el mismo nombre pero con objetivos distintos y aplicaciones que enfrentaban los derechos de los trabajadores.
Entre los conflictos que protagonizamos, con paros, movilizaciones y otras medidas gremiales, el ítem Aula impuesto en Mendoza merece destacarse, por lo perverso y nada disimulado objetivo de flexibilizar el régimen de licencias y ahogar la protesta docente. A la acción gremial debemos destacar una presentación judicial hasta ahora sin resultados.
Las promesas políticas de evaluación y presunta modificación, quedaron asimiladas a una vulgar mentira.
SADOP durante estos últimos meses puso a prueba su capacidad de reacción y movilización, en reiteradas situaciones y en diferentes lugares, pudiendo decir que también tuvimos capacidad de respuesta, aunque hasta el momento no pudimos torcer o cambiar sustancialmente las políticas del Gobierno Nacional.
La impresionante movilización del conjunto de los trabajadores, el 29 de abril, no tuvo una acertada lectura por parte del gobierno macrista, y ante la sanción de la Ley que dificultaba los despidos sin causa, hizo valer el poder de veto. Lamentablemente fue muy poca la reacción gremial.
Participamos con la CTA, en Plaza de Mayo en una movilización de repudio al accionar presidencial, y nos concentramos con los compañeros del Movimiento Sindical Rosarino, en esa ciudad, el 7 de junio, sumándonos así al reclamo de todos los trabajadores del país que repudiaban los despidos y rechazaban los tarifazos que ya empezaban a hacerse sentir.
El receso invernal fue sólo un remanso, el gobierno siguió insistiendo en su política de atropello a los derechos de los trabajadores, lo que quedó claramente expresado en el discurso presidencial del bicentenario, en el que nos dedicó algunos lamentables párrafos.
La unidad de la CGT, lograda el 22 de agosto, se convirtió en anécdota, porque los trabajadores tenían instalada la consigna de una medida gremial general, que no se discutió en el seno del Congreso de unidad.
La Marcha Federal, inicialmente convocada por las CTA, se transformó en un nuevo momento de coincidencia de los organizadores y unos 40 gremios de la CGT, que se sumaron en la marcha propiamente dicha, en los Actos que se suscitaron en distintas ciudades del interior y en la misma Plaza de Mayo, marcando un verdadero hito de la protesta que superando a los organizadores, expresó el sentir del conjunto de los trabajadores. Dato éste que aún no parece haber sido leído convenientemente por la conducción de la CGT, y definitivamente tampoco por el Gobierno Nacional.
SADOP estuvo en la Marcha, en su trayectoria, en los actos previos y en la Plaza de Mayo con una columna más que importante, superando las expectativas iniciales, demostrando militancia y capacidad organizativa. Indudablemente que es difícil sostener un nivel de movilización y protesta frente a esta política neoliberal que seguirá minando o destruyendo logros y conquistas sociales y laborales.
El desafío es grande, frente a lo cual no deberemos perder de vista la unidad sectorial, con el conjunto de los docentes del país, como así también con los trabajadores y sus organizaciones que alzan su voz y su acción en estas circunstancias.
El Paro Nacional es un reclamo generalizado, que en SADOP también entendemos como necesario, para que el Gobierno definitivamente entienda que este no es el camino que queremos transitar, que esta no es la economía que valora el trabajo y a los trabajadores, que la Patria Grande que soñamos los trabajadores es una forma de ensanchar soberanía, que queremos la Industria Nacional, como también defendemos las políticas de inclusión social.
Somos trabajadores de la educación, no podemos silenciar ni disimular la pretensión del Gobierno de cogestionar la Educación con empresas multinacionales.
No podemos dejar de mencionar que, en medio de todas estas movilizaciones y de toda esta lucha, hemos logrado revivir a la CONEP (Comisión Negociadora de la Enseñanza Privada), y aunque aún no podemos exhibir los frutos de un Acuerdo con nuestros empleadores, creemos que pronto se concretará.
Tampoco podemos olvidar las jornadas de capacitación en distintas localidades, como también las reuniones con delegados y docentes militantes de las Universidades privadas.
En fin, seguramente a cada paso encontraremos más motivos y más razones para mantenernos movilizados, para darle sentido y valor a este SADOP que construimos entre muchos, capacitando y luchando.