Por María Ester Linco Lorca
Secretaría General de SADOP Mendoza
El nuevo gobierno de Mendoza, en sus primeras paritarias con los docentes, mostró un modelo de negociación difícil, siempre proponiendo una constante: “el ítem aula”, que invariablemente se rechazó por ilegal, discriminatorio, injusto y extorsivo.
Después de cinco encuentros, y sin llegar a un acuerdo, el Ejecutivo provincial dio por finalizada unilateralmente las tratativas, reflejando muy poca intensión de negociación, actitud de mala fe y ninguna voluntad de acuerdo. Consecuencia de ello, dictaminó arbitrariamente el Decreto 228, y el Poder Legislativo lo “legitimó” en la Ley N° 4.487.
En este escenario, el Gobierno lo único que pretendía era disciplinar a los trabajadores, descontando parte del sueldo cuando ejerce cualquiera de sus derechos de licencia y dividir el colectivo de educadores, dando aumentos diferenciados y por niveles.
La suba para los docentes de nivel medio fue del 5% a partir de marzo y el 4% en agosto; para los de nivel primario, el 7% en marzo y el 5% en agosto. El segundo tramo del incremento es no acumulativo, es decir que para los dos tramos de aumento se toma el básico del 2015.
Así, Mendoza es la única provincia que planteó como aumento salarial un porcentaje alto en un ítem que vulnera el ejercicio de los derechos de los docentes.
El nefasto “ítem aula” crea un antecedente para que se aplique a todo el resto del país, como un elemento disciplinador, fiel prototipo de nuevas recetas de las prácticas neoliberales, que están muy lejos de las escuelas inclusivas.
Los docentes mendocinos nos vemos presos ante la imposibilidad de hacer uso de derechos laborales ganados, fruto de acuerdos paritarios precedentes, de leyes y estatutos avasallados con esta innovadora modalidad de recorte y ajuste, a costa de la dignidad.
El “ítem aula” reduce cualquier licencia a tres días por mes, no más de diez al año, incluso por enfermedad; plantea una suma fija remunerativa no bonificable, flexibiliza, y precariza las condiciones laborales de los educadores.
Además amenaza al docente cada mes: si falta cuatro días o más, ese período se cobrará el 10% menos, además del descuento del presentismo. Así de riguroso y autoritario resulta al ejercicio de los derechos, y al empobrecimiento y devaluación del salario del trabajador.
Con este panorama, otros sindicatos comenzaron a solidarizarse con nuestra lucha, gran parte de ellos pertenecientes al Movimiento Sindical por la Lealtad, agrupación de la Confederación General del Trabajo (CGT) Regional Mendoza, sensibilizados por el tema, y advirtiendo que ahora le toca al sector docente, pero mañana será cualquier otro.
Los esfuerzos por invalidar este ítem nos lleva a tomar la calle en movilizaciones, vigilias, paros, entre otras medidas, con el sector estatal. Así, seguimos construyendo un frente común, para poner límites a políticas abusivas contra el movimiento obrero, convencidos de que la única solución para hacer frente a este modelo es buscar la unidad de acción y de concepción de los trabajadores. En esta dirección concretamos el 30 de marzo pasado el histórico plenario de delegados de base de más de cuarenta sindicatos, tanto de la CGT, como de las dos CTA de Mendoza, formando así la Intersindical de Mendoza.
Siempre fue el movimiento obrero organizado, guiando el camino, como lo manifiesta el eje principal del SADOP Mendoza, en la representatividad del conocimiento, defensa y ampliación de derechos. Unidos por los trabajadores, como debe ser.