“Los y las docentes en el centro de la recuperación de la educación”.
El Día Mundial Docente ha sido elegido por la UNESCO “para celebrar la función esencial de los maestros/as en la prestación de una enseñanza de calidad en todos los niveles”. En la efeméride se conmemora también el aniversario de la firma, en 1966, de la “Recomendación conjunta de la UNESCO y la OIT relativa a la condición del personal docente”. La UNESCO, propone para este año el lema: “Los docentes en el centro de la Recuperación de la Educación”.
Desde la Secretaria de Relaciones Internacionales de SADOP Nación proponemos que este día una ocasión para reflexionar acerca de la importancia que han tenido los y las docentes en tiempos de Pandemia. Frente al escenario actual de recuperación de la pandemia es necesario seguir valorizando nuestra profesión, profundizando en el reconocimiento de nuestros derechos laborales y la dignidad de nuestra profesión. La crisis desatada por este hecho mundial acentúo las enormes desigualdades educativas de nuestra región y puso de relieve la importancia de nuestro trabajo, que fue y es decisivo, a la hora de sostener y contener pedagógica y humanamente a nuestros alumnos/as y sus familias.
Es momento para seguir reclamando por Estados fuertes y responsables que aumenten el PBI en Educación y el presupuesto educativo para dar respuestas a las desigualdades educativas: mejoramiento de la infraestructura escolar, formación docente en TICS, derecho universal a la conectividad, reconocimiento del COVID como enfermedad profesional, cumplimiento de los protocolos sanitarios en las escuelas, etc. En un escenario de recuperación las respuestas pedagógicas y políticas deben darse en diálogo con nuestro colectivo docente y los sindicatos de educación. El impacto que ha tenido la pandemia sobre nuestras Condiciones de salud y medio ambiente laboral deben estar reconocidas en todas las negociaciones por nuestras condiciones laborales.
Especial reconocimiento merecen las mujeres docentes que representan el 80% de nuestra profesión. Son ellas las que han estado en la primera línea de los cuidados, expuestas a la sobrecarga laboral, compatibilizando tareas de cuidado y vida laboral. Necesitamos del urgente reconocimiento y protección social de las tareas de cuidado que recaen injustamente sobre ellas.
Reconocemos también la inmensa tarea de las Organizaciones Sindicales de Educación que han escuchado, contenido y muchas veces suplido el rol de Estados que no han estado presentes cuidando la vida de sus trabajadores y trabajadoras. La salida de esta Pandemia solo podrá ser colectiva y en condiciones de justicia social e igualdad.
Retomando las palabras del maestro Paulo Freire a los 100 años de su nacimiento: “Cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada. Si no somos tratados con dignidad y decencia por la administración privada o pública de la educación, es difícil que se concrete el respeto que como maestros debemos a los educandos”.
El ejercicio de la profesión docente en condiciones de dignidad es un acto de justicia social que propicia otro mundo posible, más justo y solidario.
¡Feliz día!