Cuando hablamos de justicia social debemos entenderla como un camino hacia el bien común, abarcativa de todas las personas y no como una consigna política partidaria.
Según Nancy Fraser, podemos entender la justicia social relacionando tres elementos relacionados entre sí:
-La redistribución equitativa entendida como dar a cada uno lo que necesita, en función de sus necesidades, considerando el respeto como valor, interpelados por la diversidad como eje transversal de cualquier sociedad inclusiva.
-El reconocimiento de la persona, el respeto por ella, hacia su manera de ser, de hacer y pensar.
-La participación, donde todas las personas deban contribuir a la toma de decisiones, entendiendo a la democracia como eje fundamental de la justicia social.
La palabra justicia proviene del latín y significa “JUSTO”. Depende de los valores de una sociedad y de las creencias de cada uno. Relacionado esto con las políticas públicas de cada gobierno, y según sus creencias de lo que significa justicia, será la manera en que ésta será visibilizada y puesta en práctica.
Se construye entre todos y se necesita de la participación de todos, de lo contrario no habrá posibilidad de instalar el sentido de este concepto que se debe replantear de manera constante.
Ser parte de la justicia social es trabajar desde ella; nuestro mejor lugar como trabajadores docente es el aula, fomentando el compromiso y participación de todos, familia, políticos y escuela.
La institución escolar es un espacio desde donde transmitir y enseñar los valores determinantes de la justicia social. Puede tomar dos posturas: transformar el mundo o avalar las injusticias.
Que gran responsabilidad se le asigna a la escuela como generadora de cambios en nuestra sociedad, de ella depende la formación y el desarrollo de todos sus estudiantes.
En una sociedad con justicia social cada persona es valorada y respetada como ciudadano, con el privilegio de elegir a sus gobernantes y construir un país empoderado para pensar en y para todos.
La equidad y la igualdad de oportunidades se enseñan y se transmiten para conseguir el máximo desarrollo de cada uno de los estudiantes y demás actores fomentando la inclusión, visibilizando y desnaturalizando actitudes que lleven a la exclusión, marginación y discriminación, fomentando el sentimiento de pertenencia.
No cabe dudas, que lo que se logre en el aula, será generalizado fuera de ella, siendo ellos mismos agentes multiplicadores de valores constructivos para una sociedad más justa.
Como docentes tenemos el desafío de desarrollar valores democráticos, y en concordancia a lo que refiere HENRY GIROUX cuando dice que “los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas”. De eso se trata, de transformar a nuestros estudiantes en seres pensantes, cuestionadores, empoderados de valores, para que ellos mismos sientan la necesidad de transmitir esas virtudes, reconociendo a la justicia social como forma de vida.
La escuela como generadora de este valor social, nuestros estudiantes como futuros ciudadanos generadores de cambios, los docentes como impulsores de seres libres y pensantes, serán cómplices de una sociedad para todos y de todos.
La justicia social se enfoca al bienestar socio afectivo, la educación, la salud y los derechos humanos.
Dijo Nuestro Papa Francisco: distribuir equitativamente las riquezas a favor de los más pobres y que nuestro espíritu sea más generoso. Erradicar la pobreza promoviendo el empleo. ”Justicia social para todos”.
Prof. Sandra Ferrero
Docente de apoyo a la inclusión
SADOP Delegación Río Cuarto