"Madiba" (nombre del clan en lengua xhosa y con el que se conoce popularmente en Sudáfrica a Nelson Mandela), fue detenido en 1962 y procesado en el Juicio de Rivonia, en el que fue condenado a cadena perpetua en 1964, hasta su puesta en libertad en 1990. Tras su discurso en Ciudad del Cabo, Mandela definió las pautas que hicieron posible la transición de la excolonia británica en un país libre y la reconciliación con el entonces presidente Frederik De Klerk, lo que les valió a ambos el premio Nobel de la Paz en 1993.
Cuatro años después de su liberación Mandela se convirtió, en las primeras elecciones multirraciales de Sudáfrica, en el primer presidente negro del país, cargo que ejerció hasta 1999.
Este carismático líder seguirá siendo venerado por los sudafricanos, tanto negros como blancos, y seguirán celebran con orgullo cada año el día de su cumpleaños (8 de julio), que coincide con el Día Internacional de Mandela, instaurado por la ONU en 2009. El carismático dirigente se retiró de la vida pública en 2004, y entonces hizo una advertencia a todo aquel que quisiera invitarle a algún acto político: "No me llamen, ya los llamo yo".