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“En la crisis del 2001 se perdió el mito de la objetividad”

  • Publicación de la entrada:24 mayo, 2012
  • Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

Por Equipo de la Secretaría de Comunicación y Prensa- SADOP.

“Todo lo que ocurre en el aula es comunicación”, aclara Martín Becerra, doctor en Comunicación y coautor de Wiki Media Leaks” ante la consulta de cómo abordar el tema en el colegio. “Preguntarse cómo trabajar la comunicación en el aula es interesante porque sitúa a los docentes, que conducen el proceso de enseñanza, en un sitio de extrañamiento de la práctica que hacen todos los días. Eso es positivo en todos los trabajos. El riesgo que tiene ese ejercicio de extrañamiento es que el docente realmente crea que es algo distinto de lo que hace”, comenta.  

 -¿Cómo incorporar los medios al aula? ¿De qué manera se puede enseñar a leer críticamente a los medios?

 -La lógica de los medios es distinta, y en algunos casos es opuesta, a la de la comunicación pedagógica. Hay un acuerdo tácito entre los actores de ese proceso que son los espectadores de la televisión y los emisores. A los primeros se le pide “poco” y en general están en una posición más de recibir que de dar. La hora de la televisión es un tiempo de entretenimiento, relax. En cambio, la actividad en al aula, espero no sonar conductista, requiere una actividad muy protagónica de todos los actores. No es un televisor que le habla a la masa para entretenerla, dispersarla, sino que requiere actividad, compromiso y reflexión. Los medios ofrecen, y sobre todo los nuevos, puntos de acercamiento. La educación sobre la recepción crítica es fundamental, pero no de la forma en que en las universidades se imparte porque pretenden transformar al televidente en un sujeto activo. De hecho con la llegada de la tevé digital aparece mucho el discurso del uso de la interacción. Creo que ese es un error de concepto. Es no comprender el lugar  importantísimo que lleva la TV en nuestra vida cotidiana. Nosotros no queremos interactuar con la televisión, diría Omar Rincón, ensayista, periodistas y profesor colombiano.

 -¿A qué se refiere con recepción crítica?

 -La recepción crítica tiene que ver con que aún sentado en el sillón con el control en la mano debería comprender que la trama del noticiero y la telenovela tiene códigos, ideas e intereses. Una buena forma de acercar estas cosas a la práctica docente es hacer medios. La desnaturalización de cualquier proceso es más fácil hacerla cuando uno la realiza para intentar desnaturalizarlo desde afuera. Lo ideal es que los pibes laburen  haciendo medios, pero no con una materia extracurricular. Lo que digo es cómo integrar ese discurso en lengua, literatura, naturales y sociales. Si tenemos que ver la Revolución de Mayo, hagamos el diario de esa época, hagamos La Gazeta de Buenos Aires. ¿Qué pasó en esa semana? ¿Qué discursos hubo?

 -¿Por qué existe un esquema binario en los medios?

 -Eso es relativamente nuevo. En general creo que es a partir del 2001 y en particular con la crisis del campo en el 2008 cuando se polarizó la sociedad argentina, lo que también se reprodujo a escala mediática. Uno de los efectos más nocivos de la polarización no es que leyendo medios de uno u otro lado se compone una realidad. Hay temas que no aparecen ni uno ni en otro sector porque ambos se guardan cartas por si las moscas. Lo viven como una batalla.  Entonces no todo sale a la luz pública y como ciudadano pienso que es pernicioso.  Lo que queda claro es que en Argentina, durante todo el Siglo XX, hubo una ideología de la objetividad en los medios. Eso no es verdad porque no existe. Era un fetiche que los medios enarbolaban como una especie de decálogo de comportamiento ejemplar: La objetividad, neutralidad, equidistancia, etcétera. Eso en este siglo se cayó. En la crisis del 2001 se perdió el mito de la objetividad, pero fue reemplazado por la ideología de que estamos defendiendo valores altos. Sin embargo, cuando uno revisa la historia de los medios de comunicación ve que los valores están subordinados a otras cosas.

 

Foto: Archivo de SADOP