3 de diciembre
Cada 3 de diciembre se conmemora el día de las personas con discapacidad, PERSONAS CON DISCAPACIDAD, esa necesidad imperiosa que tenemos a veces de rotular, de clasificar, de nombrar según su patología, y según esa clasificación pensar si puede o no, si debe o no, como si al resto de las personas las nombráramos igual, persona rubia, morocha, alta, baja, y según esa nominación pensar para que está habilitado.
Cada 3 de Diciembre , pareciera que hiciéramos un balance de cómo nos hemos parado frente a las personas con discapacidad, por lo menos una vez al año , repensar y mostrarle a la sociedad que hay un colectivo que aun percibe que no es parte de este mundo para todos, justamente por esto, por la necesidad de calificarlos, remarcando lo que no encuadra dentro de los parámetros esperables, LA DISCAPACIDAD muchas veces utilizados para sensibilizar a la sociedad, diciendo si ellas pueden como yo no. Utilizar la discapacidad como fuente de incentivo para mejorar algo que no está bien, en lugar de ser inspiración de respeto por el otro, y que los derechos humanos vuelvan a cobrar valor más allá de la diversidad.
Dice Carlos Skliar en el Congreso Internacional de Educación e Inclusión, los que no tienen suerte, los que están dañados, rotos, los que no son exitosos, los que creemos tienen un destino marcado por su condición sin animarnos a torcer ese destino.
Hemos percibido en estos últimos tiempos , el empoderamiento de algunos, hasta creer que pueden cambiar el destino de una persona creyendo tener la autoridad para hacerlo, rotulando, clasificando y decidiendo por ellos, sin preguntar siquiera, sin escuchar el reclamo del que está postrado por su condición, del que no tiene voz, del que no puede escuchar o ver, pero sí, con derecho, pudiendo elegir sin permitírselo, con su dignidad arrancada, vulnerando sus derechos al trabajo , a la educación, a la sexualidad , a al reproducción, a la salud , todo legalizado, pero claro está que una ley no garantiza nada sino accionan los mecanismos de control y un cambio de actitud hacia el otro.
Porqué pensar afirma Skliar que un tipo de cuerpo no puede algo? Quién lo determina? cuando en realidad debemos estar convencidos que todos pueden todo, sin importar la forma, dándole valor a lo que estamos haciendo, no importa cómo, solo valorando y dejando vivir el destino que cada uno elija tener.
Es hora de despegarnos del diagnóstico, de los prejuicios y aferrarnos a los derechos humanos, a dignificar a las personas por lo que son, tal cual son, y a la oportunidad como única opción.
Que esa construcción social que hacemos de la discapacidad se transforme. Cambiar nuestra actitud hacia el otro es materia pendiente y nuestro compromiso, como el de hacer cumplir sus derechos.
Hoy más que nunca revindiquemos los derechos humanos y como principio rector, la inclusión a partir de la experiencia. La falta de empatía, del que no me importa, de la insensibilidad ante la vulneración de los derechos de los demás es el cambio cultural que debemos proponernos para volver hacer un contrato social con todos los actores de esta sociedad que ya debe ser INCLUSIVA.
Sin dudas que la ausencia del reconocimiento de un sector excluido de la sociedad, implica una situación de subordinación social que impide la participación como actores sociales y sujetos de derecho.
Es entonces nuestro desafío valorarlos socialmente, transformándonos culturalmente.
Cada 3 de Diciembre reflexionamos sobre lo que nos falta para ser una sociedad justa en oportunidades, libre y soberana donde los derechos humanos sean nuestro pilar.
Cada 3 de Diciembre tenemos algo para aclarar sobre lo que aún no pasó, lo que no se cumplió, lo que faltó, lo que no se visibilizó, lo que se naturalizó.
Trabajemos
para que cada 3 de Diciembre sea el día donde podamos decir:
LA DIVERSIDAD ES NUESTRO CIMIENTO
Sandra Ferrero
Docente de Apoyo a la Inclusión
SADOP Delegación Río Cuarto