A días de una nueva convocatoria a la “Paritaria Federal Docente” cabe reflexionar sobre las condiciones previas para que esa paritaria -que fija el salario mínimo convencional para toda la actividad en todo el país- pueda ser escenario de acuerdos fructíferos.
Desde nuestro punto de vista es imprescindible corregir la inequidad que supone el pago por parte de muchos trabajadores docentes del Impuesto a las Ganancias.
En primer lugar la ausencia de actualización del mínimo no imponible de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, y de las deducciones y escalas que se utilizan para realizar la tributación, hace que cada vez sean más los trabajadores que deben pagar este impuesto.
Si no se resuelve ésta cuestión, los incrementos que se pacten se verán “licuados” por el Impuesto.
Reconocemos que el cobro de impuestos a los ingresos provenientes del trabajo no es solo una realidad en Argentina sino en muchos otros países. De hecho, la contribución impositiva por parte de las personas físicas en Argentina es inferior a la que se realiza en otros lugares de América Latina. Se trata de un impuesto que, bien aplicado, es progresivo. Lo que sostenemos es que debería afectar únicamente a los trabajadores de más altos ingresos.
Sin embargo, este impuesto resulta inequitativo en el marco de un sistema tributario regresivo, basado fuertemente en la recaudación de un impuesto al valor agregado alto, y que exime del pago de impuestos a las transacciones y a la renta financiera.
Esta inequidad se hace más evidente en el caso de los docentes privados. Mientras los empleadores/propietarios de los institutos educativos privados están exentos del Impuesto a las Ganancias, los docentes que dependen de tales establecimientos están alcanzados por el Impuesto.
Es decir, quienes tienen verdaderas “ganancias” no pagan lo que deberían y quienes cuentan con un sueldo para su subsistencia deben pagar el impuesto.
Sostenemos que los trabajadores docentes no deberían pagar Impuesto a las Ganancias y sí deberían gravarse los altos ingresos de otros sectores de la economía hoy no alcanzados por este Tributo.
Por otro lado, es necesario universalizar el cobro de las asignaciones familiares. Es absolutamente necesario que la Seguridad Social de respuestas integrales a todos los trabajadores y no que se excluya a muchos de este beneficio, como hoy ocurre.
Tanto la reforma del esquema Tributario como la universalización de las asignaciones familiares son necesarias para mejorar el poder adquisitivo de los salarios docentes. Sin ellos, todo reajuste salarial, será parcial e insuficiente. Y no contribuirá a mejorar la calidad del empleo.
Además de ello es necesario que el salario docente recupere su poder adquisitivo y esté a tono con la responsabilidad e importancia de la tarea de educar. Debe incrementarse significativamente el poder adquisitivo del salario docente. Y deben preverse mecanismos de actualización para que la inflación no erosione el salario.
La educación es un instrumento clave para el desarrollo de un Proyecto de País con Justicia Social. Sólo con maestras y profesores bien pagos, seguros en sus cargos y formados profesionalmente podremos tener una educación de calidad para todos.