La fecha está cargada de simbolismo. Expresa la lucha sacrificada de un conjunto de trabajadores por mejorar sus condiciones de trabajo, y la represión brutal de funcionarios del Gobierno de EE.UU. al servicio del poder económico capitalista.
Muchos años han pasado desde aquel hecho histórico y el mundo laboral continúa atravesado y tensionado por dos lógicas en pugna: la del Trabajo por un lado y la del Capital por el otro.
La de quienes sostenemos la necesaria protección del trabajador y la de quienes solo consideran importante maximizar sus ganancias. Desde luego que el conflicto, el choque entre ambas lógicas, puede canalizarse de manera justa mediante la negociación. Pero para ello es necesario que el Estado asuma el rol de garante de los derechos de los más débiles y equilibre la relación de fuerzas, poniendo límites al poder económico concentrado.
Pero no todo depende del Estado. Los dirigentes sindicales debemos expresar las necesidades del pueblo trabajador. Partir de una agenda que implique empoderar a dicho pueblo y sostenerla más allá de las coyunturas políticas.
Discrepamos en ese sentido con algunos dirigentes que plantean una agenda marcada por la lógica del ajuste, que significa un retroceso a los 90 y una enorme injusticia social en nuestro País. Resulta curioso que se reclame autonomía a un sector sindical respecto de acciones y políticas del Gobierno Nacional, pero no se ejerza esa misma autonomía respecto de la oposición. Si lo que se pretende es negociar espacios de poder con un candidato presidencial, aún a costa de resignar la agenda gremial de los trabajadores, se pierde autonomía y se expresa resignación frente al poder económico.
Claramente, esa agenda es la de algunos dirigentes, pero no la de los trabajadores.
En ese sentido nosotros sostenemos que los trabajadores somos los herederos de las luchas históricas del movimiento obrero porque valoramos y nos consideramos protagonistas de la ampliación de derechos personales, sociales y laborales desplegados durante estos 12 años de vigencia del proyecto Nacional y Popular.
En nuestras manos está la profundización del modelo, lo que implica distribución de riqueza e inclusión social, reforma del sistema tributario para transformarlo en más equitativo, más paritarias por mejores salarios y condiciones de trabajo, lucha por el pleno empleo y viviendas para todos los trabajadores e integración regional.
Es por estas cosas que los Docentes Privados y todos los trabajadores celebramos el 1 de mayo. Resulta una fecha que reivindica nuestra lucha diaria, una lucha por una Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Mario Almirón
Secretario General
SADOP- CDN