Por Mario Almirón (*)
En cada inicio del ciclo lectivo los educadores aparecemos en el centro de la escena informativa por las paritarias del sector y las medidas de fuerza. Noticias cíclicas, temporales, que forman parte de la agenda mediática y en la que únicamente se hace foco en el “porcentaje” o “paro”.
Pero, ¿por qué sólo interesa publicar los problemas? ¿Qué pasa cuando los maestros no salimos en los diarios? ¿Cómo nos ven los matutinos? ¿Los medios reducen la actividad docente al aumento salarial o huelgas? La veda mediática para la actividad comienza una vez cerrado el porcentaje o finalizado el conflicto. Temas como la estabilidad, carrera, formación y condiciones laborales son excluidos de la agenda pero son claves para pensar en la calidad educativa.
Por ejemplo, las firmas de las actas acuerdo entre Sadop y las cámaras patronales, dueños de los colegios privados, que buscan mejorar las condiciones y medio ambiente de trabajo de 250 mil educadores de todo el país, no tuvieron el mismo impacto que una medida de fuerza. Insistimos, si no hay conflicto, los gremios docentes somos relegados del aire radial-televisivo o en el centimetraje de diarios y revistas.
Además, los maestros debemos desarmar el postulado de que los medios comunican una verdad irrefutable y sin matices. “Lo leí en el diario.” “Lo vi en la tevé.” Son dos frases con las que los receptores buscan confirmar la autenticidad de los datos difundidos sin analizar la noticia.
El lector-televidente-usuario tiene que desmantelar esa premisa a través de una lectura crítica, ya que la noticia se convirtió en una mercancía. No sólo porque puede ser comercializada al precio de tapa o por el segundo de publicidad, sino porque en la mayoría de los casos el receptor lo adopta como la legitimación social de un acontecimiento.
Si bien los medios tradicionales de comunicación (diarios, radios y televisión) siguen siendo preponderantes dentro de la sociedad, cada vez más se opta por difundir la voz a través de las redes sociales.
Las conductas de los públicos van cambiando de acuerdo con las épocas, y eso incluye la manera de interrelacionarse.
Tener Facebook y Twitter al alcance de la mano y convertirlos en un canal de comunicación oficial y válido hace que la llegada al público sea más fácil, que la información circule con gran rapidez y además establece un feedback con los afiliados. Toda esta información respaldada con un sitio institucional.
El alcance de las redes sociales genera un desafío para los educadores, pero también un compromiso instantáneo para difundir el mensaje, ya que logra atravesar la agenda setting y el limitado espacio de los medios tradicionales.
A través de las redes sociales, la información llega a la comunidad educativa sin ser tamizada por intermediarios e incluso a veces estos 140 caracteres se presentan frente a los periodistas de los medios tradicionales como disparadores para realizar sus notas. De eso se trata el ida y vuelta, de generar una red para ser visibilizados por la mayor cantidad de receptores posibles, llegar a ser noticia y trepar a la tapa de los diarios o colarse en los noticieros centrales, para que la voz de los trabajadores se oiga.
Los educadores utilizamos los medios digitales como una herramienta más de comunicación. Un aliado para difundir nuestros acuerdos y luchas, pero también una opción para llegar directamente al destinatario y esquivar las noticias cíclicas.
Los docentes tenemos cosas para decir de marzo a marzo, porque la educación, entendida como un derecho humano básico, es y debe ser noticia todo el año.
(*) Secretario General SADOP (CDN).
Diario Página 12 – La Ventana