Por Mario Almirón
Secretario General de SADOP
El Diputado Nacional por el FAP y dirigente sindical Víctor De Gennaro expresó en una entrevista periodística que los trabajadores de las fuerzas de seguridad pública pueden sindicalizarse ya que la ley los ampara.
No lo dijo en un momento cualquiera. Con total oportunismo sus palabras fueron pronunciadas cuando prefectos y gendarmes realizan una protesta para presionar al Gobierno Nacional e imponerle sus reclamos. No puede soslayarse que el salario de prefectos y gendarmes aparece hoy menos vinculado a una política del Poder Ejecutivo, que a un negocio de algunos abogados que -reclamando en el Poder Judicial- logran resoluciones que “ordenan” determinada forma de liquidar sus sueldos. No puede haber asociación sindical allí donde debe imperar una organización jerárquica vertical y en donde la disciplina es un valor central. No puede haber “huelga” ni derecho a protestar armados.
Pero, fundamentalmente, postular la constitución de un sindicato para las fuerzas de seguridad en Argentina equivale a no tener memoria. Implica desconocer el rol que las fuerzas armadas y de seguridad cumplieron en nuestro país.
¿Olvida De Gennaro que en este país las “fuerzas de seguridad” cometieron crímenes de lesa humanidad? ¿No tiene presente a los 30.000 Compañeros desaparecidos? ¿Se olvidó de Kosteki y Santillán, de Pocho Lepratti, del maestro Fuentealba, asesinados por miembros de las fuerzas de seguridad? No tiene presente a las cientos de víctimas del “gatillo fácil” a lo largo y ancho del país? Cuando en los 90 resistíamos al ajuste neoliberal, fueron las “fuerzas de seguridad” quienes una y otra vez reprimieron nuestras protestas. ¿Para ellos reclama el Diputado libertad sindical? Es lamentable que la fuerza política que integra no haya manifestado su disenso y reafirmado su declamado compromiso con la democracia y los Derechos Humanos. Para que la sociedad vuelva a confiar en las fuerzas armadas y de seguridad es necesario saldar con verdad y justicia los horrores del pasado reciente.
Por estos días, el Imperio del Norte intenta una vez más que las fuerzas armadas intervengan en la seguridad interior de los países de Sudamérica. Es hora de sostener la política plasmada por Néstor Kirchner en el Decreto 727/2006 que veda la intervención las Fuerzas Armadas en la seguridad interior y solo autoriza su actuación en cuestiones de defensa nacional.
Quienes militamos en el campo popular debemos estar atentos. El enemigo no está derrotado. Y utiliza a Diputados de la Nación.