Modelo de país liberal y conservador con un proyecto educativo para pocos
El catálogo de “buenos deseos” incluidos en el Documento “Argentina Enseña y Aprende. Plan Nacional de Acción 2016-2021”, nada tiene que ver con el rumbo instaurado en nuestro país en sus políticas económica, social y cultural. Hay una profunda desconexión en las políticas públicas y el planeamiento estratégico que se pretende aprobar como marco de la política pública educativa para los próximos cinco años. Se trata de pintar de colores una página gris.
Las organizaciones sindicales docentes concebimos la educación como un bien público y derecho personal y social (LEN 26.206) – definición de la cual fuimos partícipes directos en la discusión de la ley – enmarcada en un proyecto de país donde el pueblo es el sujeto de la historia. Esta sustantiva imbricación entre proyecto nacional y proyecto educativo forma parte de nuestro patrimonio histórico y conceptual como trabajadores de la educación. Por lo tanto, rechazamos discutir un plan sin contexto, donde el marco político, las dimensiones y las metas educativas constituyen objetivos sin referencias y propuestas carentes de encarnadura.
No estamos de acuerdo con un modelo de país agro-exportador que primarice su economía, promueva la apertura indiscriminada de las importaciones y priorice la especulación financiera. Nada significativo en materia de educación puede enmarcarse en un proyecto de dependencia que se aleja de los países latinoamericanos y se nutre del Tratado Trans Pacífico.
Más aún, el riesgo latente de la mercantilización de la educación es un dato objetivo de este plan de los centros de poder hegemónico en el cual se inserta nuestro país con el realineamiento de su política internacional.
No hay modelo educativo con calidad integral sin un proyecto de país nacional, popular, latinoamericanista.
Incumplimiento de los acuerdos paritarios
Los sindicatos docentes nacionales denunciamos los incumplimientos por parte del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación de los acuerdos paritarios suscriptos en febrero de 2016.
Además de los puntos referidos a la política salarial, las comisiones técnicas no se han reunido para avanzar en forma concreta en temas como los planes socio–educativos.
Asimismo, no se ha convocado la Comisión Técnica Paritaria que funciona en el ámbito del INFOD y, por lo tanto, el Gobierno, en forma unilateral, ha tomado resoluciones en materia de formación docente continua y en el Plan Nuestra Escuela, que corresponden al ámbito paritario, desconociendo de este modo lo que está firmado por el mismo Poder Ejecutivo en el acta paritaria.
Los sindicatos docentes no queremos co-gobernar, como tampoco lo hemos hecho en otras etapas. Nuestra función es defender los derechos laborales de los trabajadores de la educación, entre ellos el derecho a la formación continua universal, gratuita y en servicio.
Nuestras luchas lograron crear y consolidar un ámbito propio para la negociación colectiva de nuestro salario y condiciones y medio ambiente de trabajo, razón por la cual la defenderemos y no admitiremos que lo ignore o ningunee.
Plan Nacional educativo sin participación ni consensos de los trabajadores
El Plan propuesto por el Ministerio de Educación no tiene la participación ni el consenso de los trabajadores de la educación organizados. El mismo no ha sido elaborado desde una metodología participativa sino que ha sido presentado para que se le hagan aportes sin contar con el espacio de discusión constructiva.
No hay debate ni participación sin vocación real para la construcción colectiva.
Política educativa centrada en la evaluación ignorando la perspectiva socio política
Las iniciativas del Ministerio de Educación han estado centradas hasta ahora en la ponderación de la evaluación como criterio prioritario de la política educativa. La frustrada iniciativa de crear un Instituto de Evaluación de la Calidad como la creación de una Secretaría en el organigrama del propio Ministerio demuestra que, si bien el Plan Argentina Enseña y Aprende se propone grandes metas, en la práctica, la centralidad que se busca en el componente evaluatorio demuestra lo contrario.
Los docentes no solo conocemos y practicamos la evaluación sino que en forma consensuada definimos con claridad nuestra posición: evaluación institucional, situada y participativa.
La política evaluatoria, de índole punitiva, que busca imponerse tiene su fundamento en los sistemas de evaluación de la calidad a nivel internacional que se aplican en nuestro país (PISA entre otros) que buscan ponderar la medida de la cantidad de conocimientos que determinados estudiantes tienen en matemática y lengua. Nada se dice del contexto ni de las condiciones de trabajo docente ni de la organización e infraestructura escolar ni de la relación de la escuela con la sociedad.
Esta visión sesgada de la evaluación tiene su fundamento en la visión del Gobierno en un aislamiento del proceso educativo de su perspectiva sociopolítica ignorando la influencia y los condicionamientos que la realidad opera hacia el interior del sistema. Por lo tanto, dicen, la evaluación está dirigida a medir capacidades y no a transformar la sociedad.
Proceso de enseñanza aprendizaje desplazado hacia las metodologías de enseñanza
En las dimensiones y alcances del Plan Argentina Enseña y Aprende se percibe un fuerte desplazamiento del proceso educativo hacia las metodologías de la enseñanza como si éstas fuesen la receta salvadora para los problemas de la educación argentina.
Vaciamiento de la Ley de Educación Nacional. Descentralización de la política educativa sin núcleos nacionales de acuerdo
La impronta descentralizadora que impregna el Plan Argentina Enseña y Aprende coloca a la Ley de Educación Nacional en un escenario de vaciamiento silencioso y progresivo.
Sin escenarios ni acuerdos federales que se renueven y sostengan en el tiempo ni financiamiento adecuado, la recuperación de los núcleos nacionales federales de la política educativa pueden volver a escindir a nuestro país en una sumatoria de sistemas educativos jurisdiccionales sin contención ni articulación.
Los sindicatos docentes nacionales reivindicamos la Ley de Educación Nacional como ley programa y exigimos que sus fines, sus contenidos, su organización y sus propuestas sean respetados y cumplidos por tratarse de la ley que consagramos el conjunto del pueblo argentino como nuestro sentido y rumbo educativo.
Sustitución de la historia como vigencia por el pasado como nostalgia
Resulta preocupante que la perspectiva histórica se encuentre ausente en los discursos oficiales y también del Plan Argentina Aprende y Enseña.
Visualizamos que la historia deja se constituir un factor esencial en la política de memoria activa y vigencia para ser reemplazada por un mero recuerdo del pasado.
Articulación educación y trabajo en términos de demanda del mercado
El reciente Informe “Demanda de Capacidades 2020” publicado por el INET demuestra que la visión del Gobierno en referencia a la política de articulación de la educación y el trabajo –que fuera consagrada en la Ley de Educación Técnico Profesional– ha sido reemplazada por la supuesta demanda de cierto empresariado sobre el sistema educativo.
En un Gobierno dominado por los requerimientos del sector empresario, rechazamos que la enseñanza técnica y la formación profesional se transformen en meros sistemas de calificación de “recursos humanos” destinados a servir a un modelo que no pone el acento en la producción nacional y las economías regionales.
EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
RECHAZAMOS LA COLONIZACIÓN CULTURAL Y EDUCATIVA
LUCHAMOS POR LA EDUCACIÓN DE CALIDAD INTEGRAL PARA TODOS Y TODAS