“La intimidad cede o cae ante el deseo de ser popular”, explica Roxana Morduchowicz, autora del libro “Los adolescentes y las redes sociales. La construcción de la identidad juvenil en Internet” (Ed. FCE). En su investigación la autora desmitifica que los chicos no se comunican y describe de qué manera forman sus personalidades a partir de sus perfiles de las redes.
-¿Qué importancia tienen las redes sociales para la construcción de la identidad?
-El perfil en las redes sociales es de gran ayuda porque explícita o implícitamente en lo que deciden subir, incluir y omitir se están preguntando quiénes son y qué quieren que sepan sobre ellos. Definitivamente el perfil es un ensayo, un testeo, una estrategia de búsqueda de respuesta a la formación de su identidad. Cuando reciben comentarios de sus audiencias lo que intentan hacer es buscar validación y la aprobación de su perfil, que es mucho más que una página Web, es directamente su personalidad. Entonces las redes sociales los ayudan fuertemente a formar su identidad. Para muchos chicos los perfiles son una manera de ensayar roles diferentes a los de la vida real. Si el chico es muy introvertido a veces inventan ser de otra forma y ver cómo funciona en lo virtual para después trasladarlo a lo real.
-¿De qué manera los chicos pueden tomar conciencia del uso de las redes sociales?
– Es que el concepto de público y privado para los chicos-adolescentes es muy diferente que para los adultos. Para ellos la prioridad es tener muchos amigos y ser popular. Si para lograrlo tienen que dar información o una imagen privada, no les importa tanto. Por un lado porque el deseo de ser popular es mucho más fuerte e intenso que la privacidad. La intimidad cede o cae ante el deseo de ser popular. Por otro lado los adolescentes no miden el alcance de Internet.
-¿Qué hacer ante esa situación?
– Los adultos de la casa tienen que estar al tanto de los usos que hacen los chicos de Internet, no para controlar cuál es el contenido del chat pero sí saber que las personas con las que se contactan son conocidas. Esto se logra con un buen diálogo, pero también con la computadora y la conectividad de Internet en un espacio de circulación colectiva, es decir en un comedor, escritorio y/o cocina.
-¿Qué hacer con la sobreabundancia de información?
-Los docentes tienen mayor conciencia que con el libro de texto y la birome no alcanza. Hoy hay una circulación de la información por fuera de la escuela, mucho más extendida. Se aprende a toda hora y en todos lados. El chico tiene mayor manejo instrumental, pero el sentido común, la visión crítica y la actitud reflexiva la va ganar en la escuela. El criterio de análisis e interpretación lo da la escuela. Ahí no hay cómo suplirlo.
-En su libro usted desmitifica que el chico no se comunica, sino que hace todo lo contrario.
-Efectivamente porque el principal uso que hacen los chicos de Internet es comunicativo, ya sea el chat, MSN o redes sociales. La tecnología brinda una nueva forma de sociabilidad y relacionarse. Pero la vida social sigue siendo importante.