El Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) recuerda una de las noches más negras de la cultura argentina. Hace 50 años las Universidades nacionales fueron intervenidas y ocupadas por fuerzas militares, enviadas por el dictador Juan Carlos Onganía. Cientos de docentes y alumnos de las facultades de Buenos Aires fueron golpeados de forma brutal por la Policía Federal por el solo hecho de defender a la universidad y a la libertad de cátedra. Este triste episodio se conoce como “La noche de los bastones largos”.
La dictadura buscaba coartar toda forma de libre pensamiento y expresión. Ese suceso implicó la decadencia de la educación y la fuga de miles de intelectuales, docentes y científicos.
La cultura, ciencia y tecnología son parte central de nuestra soberanía. Sin educación y sin apropiación por parte del Pueblo de los saberes no hay soberanía, si no dependencia.
“La noche de los bastones largos” se inscribe en una larga serie de experiencias autoritarias que ha sufrido nuestro país.
En la actualidad hay distintas formas de autoritarismo: la censura, el control de la información, la presión sobre la Justicia y el ahogo económico a través de un plan financiero brutal para la población, entre otras. El Gobierno del Presidente Mauricio Macri ha implementado cada una de estas estrategias.
La incesante búsqueda de esta administración por controlar y coartar el libre pensamiento del Pueblo ha generado una nefasta iniciativa como la búsqueda para usar datos confidenciales de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS). “Direccionar publicidad” fue el justificativo que utilizaron para maquillar este condicionamiento a todos los argentinos.
Mario Almirón
Secretario General
SADOP-CDN