En el marco del día de los derechos humanos y en el mes de las personas con diversidad funcional es clave preguntarnos:
¿Qué entendemos por derechos humanos?
En primer lugar, que son inherentes al ser humano, por ser parte de su naturaleza, propio de cada uno, que la sociedad no puede arrebatarle.
El Estado como parte indiscutible de esa sociedad debe garantizar esos derechos a través de la justicia social, la equidad, a la luz de la diversidad.
Desde este punto de vista, tres valores deben ser el faro para una sociedad democrática, participativa y de respeto hacia las minorías:
JUSTICIA-EQUIDAD-DIVERSIDAD.
En segundo lugar, dignifican a la persona, tal como como lo dice el art.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Ahora bien, si todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad, ¿qué acciones ejercidas por nuestra sociedad demuestran lo contrario? ¿Quiénes coartan la libertad y la dignidad de cada ser humano vulnerado en el caso de los colectivos minoritarios que día a día van abriéndose camino, camino solo transitado por aquellos que consideran que no hay espacio habitable para ellos? ¿Los derechos humanos protegen la dignidad de todas y todos? Claramente no
Tal es el caso de las personas con diversidad funcional sin derecho a ELEGIR y la lista sería eterna. Educación -trabajo-vivienda-sexualidad-familia-vida independiente-accesibilidad por nombrar algunos.
Por estas razones cabe preguntarnos:
¿Qué pasó con ese Estado que debió y debe estar atento y presente a la hora de garantizar derechos?
¿Qué acciones reclamamos como sociedad a ese Estado garante a la hora de exigir el cumplimiento de esa facultad?
Muchas son las preguntas que, en esta época del año, al conmemorarse estas fechas importantes nos empezamos a cuestionar sin encontrar respuestas y peor aún nos las seguimos haciendo con el paso de los años como naturalizando y habituados a que poco podemos cambiar ante una sociedad capacitista que como Políticas de Estado es interpelada por INCLUSIÓN. Es un término y un valor que se construye día a día siempre a través de los reclamos y aun así no accede.
Finalmente concluyo diciendo que cada año el día Internacional de las personas con discapacidad desarrolla un lema.
Para este 2020 es el siguiente:
“Soluciones transformadoras para un desarrollo inclusivo: el papel de la innovación para impulsar un mundo accesible y equitativo.
Son las personas con discapacidad quienes están exigiendo un mundo accesible y equitativo como legítimo derecho.
Son ellos quienes intentan día a día eliminar las barreras para convivir en sociedad.
Son ellos quienes hacen camino al andar, un andar muchas veces truncado, inacabado, incompleto.
Son ellos quienes luchan por conservar y sostener sus derechos muchas veces arrebatados, suprimidos y eliminados.
Seamos parte de esta lucha como legítimos ciudadanos activos, operantes, decididos y convencidos que la lucha es COLECTIVA, que es entre y con TODAS Y TODOS.
Seamos cómplices del cumplimiento de derechos transformando a cada ciudadano en sujetos dignos, libres e independientes.
Como sociedad debemos recuperar las energías y motivar a las generaciones de niñas, niños y jóvenes a valorizar, respetar y defender derechos humanos, construyendo una comunidad sólida, firme y resistente frente a las injusticias sociales.
Prof. Sandra Ferrero