En el caso de Siria hay otros motivos, quizás menos viscerales que los de Corea del Norte, pero tal vez peores.
Estados Unidos no tiene ningún objetivo “humanitario” en este caso, de la misma forma que no los tuvo en Afganistán, Irak o Libia, a pesar de su discurso mediático de “Gran Hermano”.
Aquí interesa generar una “nueva primavera árabe” de la mano de la violencia y el genocidio a las poblaciones civiles, porque busca garantizarse en paso comercial desde el Mediterráneo (al cual considera su Mare Nostrum) hacia Cercano y Lejano Oriente, fundamentalmente Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos del Golfo para evitar el Estrecho de Ormuz (o sea el control de Irán).
Esto lleva consigo el control y el manejo del petróleo iraquí y del sirio, además del manejo y control, junto a Israel de la cuenca de reservas de gas natural de toda la franja oriental del Mediterráneo, sobre las costas de Siria, Líbano, Israel y el Estado Palestino (Franja de Gaza).
En los últimos años se han descubierto importantes reservas de gas natural y petróleo en las aguas profundas de fronteras en disputa entre Siria, Líbano, Israel, Gaza y Chipre. Se estima que hay unos 3,5 billones de metros cúbicos de gas y 1,6 mil millones de barriles de petróleo y quizás más. “Quien controle las riquezas dominará el futuro de la región en las próximas décadas; lo saben los israelíes, sus aliados, rivales y enemigos. Y las tensiones van en aumento”[1].
El desarrollo de los recursos de gas palestino y su consecuente trasformación económica aumentaría su influencia en la región. Es esto, además de Hamas, lo que preocupa a Israel.
Inicialmente y como de costumbre, antepone argumentos religiosos, al estilo saudí, argumentos democráticos, y la lucha contra los kurdos y el Estado Islámico (invento de los “contratistas de la Compañía” para controlar los campos petroleros de Irak y Siria y destruir a los kurdos, provenientes de empresas como Blackwater, Academis, Executive Outcomes, surgidos de los SAS británicos, boinas verdes o del JTF-2 canadiense).
Por Rafael Guirado
Secretario de Relaciones Internacionales
SADOP – CDN
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[1] “Are These Gas Fields Israel’s Next Warzone?” http://www.thedailybeast.com/articles/2014/02/06/are-these-gas-fields-israel-s-next-warzone.html
