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Continuidades, Nuevas Iniciativas y Agenda Pendiente. De la resistencia activa al aporte constructivo

  • Publicación de la entrada:12 agosto, 2014
  • Tiempo de lectura:14 minutos de lectura

Por Daniel E. Di Bártolo

Secretario de Educación

SADOP – Consejo Directivo Nacional

“El trabajo es el instrumento resolutor de los problemas del país” (Principio N° 34 de la Metodología del proyecto de País de Gustavo Cirigliano)

En SADOP, la visión humanista e integral del hombre como pueblo promueve una perspectiva en la cual “el trabajo dignifica” y, por ello, es central en la cuestión social. En esta síntesis se imbrican el pensamiento social de la Iglesia y el pensamiento nacional.

Cuando en 1989 logramos acceder a la conducción nacional de “aquel” SADOP, llevamos adelante un proyecto (“catecismo”) que levantó banderas como expresión de nuestra lucha: una de ellas es construir la política educativa desde y con el trabajo, los trabajadores y sus organizaciones.

Si producimos un análisis retrospectivo, podemos distinguir dos etapas diferenciadas:

a) Los 90. La lucha contra el neoliberalismo. Fueron años de “pelea” desde nuestros valores y principios en el mar de las privatizaciones y, como notablemente escribió Armando Poratti en El Umbral, de “la destrucción del trabajo”[i]. En esta etapa, no solo se aniquiló la Escuela Técnica, sino que antropológicamente se pretendió desplazar al trabajo como estructurador social. Fueron los tiempos de la destrucción de las economías regionales, la desocupación y el quiebre de la industria nacional. Fueron tiempos de resistencia activa.

b) Desde 2003. El giro total de la política hacia una visión nacional latinoamericanista. Crecer con los nuestros. Nuevos puestos de trabajo. Ley de Educación Técnico Profesional. Inversiones en ciencia y tecnología. Son tiempos de aporte constructivo y creatividad.

Veinticinco años después de iniciar el camino desde “aquel” SADOP a este presente de crecimiento y realizaciones es importante  –en el caso que nos ocupa acerca de la educación y el trabajo, pero también podría ser una clave para otras temas– profundizar la reflexión “umbralera”: Resignificar el Pasado para Conquistar el Futuro.

 

CONTEyP[ii]

Mientras algunos sectores baten el parche del diálogo y el consenso, los sindicatos docentes, sectores del empresariado nacional, los colegios profesionales de técnicos y maestros mayores de obra, junto con funcionarios del Ministerio de Educación, de Trabajo y otras dependencias, pudimos llevar adelante un ámbito de discusión y monitoreo de las políticas públicas, de carácter consultivo, denominado CONETyP (Consejo Nacional de Educación, Trabajo y Producción).

CONETyP nació como prolongación del viejo CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica), y sus raíces se hunden en los tiempos de disputa contra el neoliberalismo por la vigencia de la educación técnico-profesional.

Allí se dieron memorables debates (alguna vez debería escribirse su memoria) entre los funcionarios del neoliberalismo y sus adláteres frente al movimiento sindical y profesionales técnicos, que resistimos aquella andanada que tenía como manifestación la destrucción de la escuela técnica y expresaba la política de apertura de las importaciones y quiebre de la industria nacional y las economías regionales.

En la Dirección del CONETyP, en esa etapa, estuvo hasta un economista luego presidente del Banco Central y hoy fervoroso defensor de un pre-candidato presidencial que promueve como política educativa “seguir al mercado”[iii].

La crisis de 2001 abrió una nueva etapa centrada en el trabajo y la producción nacional. El primer gesto fuerte, posterior al 2003, consistió en convocar al CONETyP para discutir una nueva Ley de Educación Técnica. Fue en la Casa Rosada. Daniel Filmus era el Ministro de Educación y Néstor Kirchner el Presidente.

“Faltan matriceros y torneros” fue la imagen simbólica que evidenciaba la urgencia de un doble movimiento: recuperar la fabricación propia e invertir en devolverle a la escuela técnica y a la formación profesional un espacio relevante.

Luego, ya con Cristina Fernández de Kirchner, se le agregaría la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (símbolo de la investigación nacional para el valor agregado), produciendo la sinergia virtuosa que coloca nuestra meta en el modelo industrialista con matriz diversificada.

Hace pocas semanas, el CONETyP sesionó en Tierra del Fuego para dar respuesta a los requerimientos de la localidad de Tolhuin. Empresarios, sindicalistas y el Estado –nacional y provincial– encontraron el espacio para investigar y proponer alternativas frente a los nuevos desafíos que presenta la realidad.

Aún así, la educación y el trabajo en Argentina constituyen una cuestión en constante construcción y presentan nuevos desafíos. El sistema educativo, en cambio permanente pero aún con rémoras de su configuración decimonónica, persiste en desvincular a la escuela de su contexto y con ello aislar al aula de la realidad dinámica que la rodea.

Esta tensión entre los procesos educativos y la realidad opera como ancla frente a las experiencias de los docentes y las instituciones que trabajan en forma cotidiana por educar en contexto, como pensó y practicó el maestro Paulo Freire.

Del mismo modo, si bien han sido oxigenados por cambios y actualizaciones, los contenidos curriculares y los abordajes metodológicos aún están lejos de transformar a las problemáticas en los ejes de construcción del conocimiento situado.

“La educación es un hecho político” y como tal es imprescindible que su contextualización no se agote en referencias ocasionales al mundo que rodea a la escuela sino más bien que el conjunto de los procesos de enseñanza y de aprendizaje se transformen en la toma de conciencia crítica acerca de dónde estamos, por qué estamos y hacia dónde vamos: la historia y el futuro del proyecto nacional y popular hecho contenido áulico.

 

CITRA (Centro de Innovación de los Trabajadores)[iv]

No hay industrialización nacional sin innovación tecnológica y ésta nunca estuvo en manos de sus legítimos productores: los trabajadores. Con esta premisa, la UMET (Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo) junto con el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y un grupo de organizaciones sindicales, entre ellas SADOP, estamos alumbrando una experiencia inédita en nuestro país: un centro de innovación tecnológica de los trabajadores.

Como todo proceso científico y tecnológico se trata de una propuesta estratégica. Es una forma objetiva de empoderar al Movimiento Obrero Organizado con los saberes innovadores que produce su misma práctica en los cientos de miles de puestos de trabajo que desarrollan las diversas actividades de servicios y productivas en las que se disemina la realidad laboral y productiva de la Argentina.

Esta iniciativa embrionaria será testigo en el tiempo de las innovaciones que los trabajadores y sus organizaciones sindicales realizan en su práctica cotidiana. Es valorable que nuestro máximo centro de investigaciones coloque su experiencia al servicio de esta apuesta del movimiento sindical.

En su conjunto, la propuesta es un sueño que transita hacia su concreción efectiva. Es necesario que conozcamos que SADOP participa del proceso fundacional pero más aún que el criterio de participación supone que los compañeros y compañeras docentes puedan aportar con sus ideas a esta construcción colectiva.

 

ODET (Observatorio de la Díada Educación y Trabajo)[v].

Con el objetivo de fortalecer nuestra presencia activa y dinamizadora en las cuestiones de articulación entre la educación y el trabajo, hemos integrado nuestra participación en el ODET. El Observatorio es una iniciativa conjunta de la Fundación UOCRA y la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la Universidad de Buenos Aires; constituye un espacio multidisciplinario de investigación, análisis, crítica, debate, reflexión y documentación sobre la relación entre la Educación y el Trabajo en Argentina y América Latina.

Desde el ODET sostenemos la importancia de establecer una articulación dinámica entre la educación y el trabajo, y entre el mundo académico y el mundo sindical como actores centrales de esta díada. De esta manera, defendemos la idea de vincular los espacios educativos con los ámbitos laborales para el intercambio y la producción de conocimientos de modo cooperado, en torno a estudios que recogerán las demandas que parten de los trabajadores, para la socialización de experiencias, saberes y oportunidades, para la acción conjunta a favor de la defensa de los derechos de todos y todas y, fundamentalmente, para la ampliación y fortalecimiento de la vida democrática y justa en nuestro país y región. 

 

A modo de conclusión

Decíamos que para SADOP la articulación de la educación y el trabajo es una cuestión estratégica desde la realización del hombre hasta nuestra liberación como pueblo. Por ello, desplegar estudios, reflexiones y prácticas creativas es una tarea que nos involucra como proyecto colectivo.

No es un tema aislado de la Educación Técnica ni menos aún una necesidad de fomento de “recursos humanos” (expresión que deberíamos erradicar de nuestro léxico habitual por esto de “no consumir la estética del enemigo”).

Se trata de fortalecer un proyecto de nación integrada en la Patria Grande Latinoamericana, partiendo de aquellas líneas fundantes de nuestro itinerario emancipador y recogiendo los alcances de estos ya casi doce años de continuidad de un proyecto político centrado en el pueblo y su trabajo.

Fortalecer para profundizar “es la tarea”: en estos tiempos de debate sobre lo hecho y lo que falta es una responsabilidad del Movimiento Obrero Organizado producir una síntesis que recoja lo mejor de su historia y le aporte al conjunto del pueblo y sus organizaciones su visión que, enraizada en su tradición de lucha y defensa del trabajo, nos proyecte hacia la consolidación del camino de liberación personal, social y política.

En este contexto, los trabajadores de la educación tenemos una misión específica y trascendente: decodificar con espíritu crítico el mensaje hegemónico y formar a nuestros niños y jóvenes para una Patria liberada e integrada.

Los docentes privados nucleados en SADOP asumimos estos desafíos y, desde nuestro lugar, con humildad y firmeza, construimos en el día a día instancias de ampliación de derechos colectivos.

La vinculación y articulación entre la educación y el trabajo constituye un aporte significativo en este camino de realización conjunta. Nuestro trabajo como docentes en la escuela privada interactúa con el contenido y las formas de nuestros procesos de trabajo: enseñar y aprender.

Por ello, nuestra propia práctica docente es, en sí misma, una fuente inagotable de relación creativa entre la educación y el trabajo.

Sin educación y trabajo no hay nación soberana e integrada.

 

Para ampliar sobre esta temática

– “Profundizando el Modelo–Educación Técnica, Ciencia y Tecnología”, La Tiza Nº 52 (Octubre 2011), Pág. 23-24.

– “Educación Técnico Profesional en el Bicentenario–CONETyP”, La Tiza Nº 50 (Noviembre de 2010), Pág. 16-17.

– “Hacia un sistema nacional de formación profesional”, La Tiza Nº 34 (Noviembre de 2002), Pág. 72.


[i] Armando Poratti. “El antiproyecto y el devenir de la Argentina”, Pág. 657,  en Gustavo Cirigliano y otros. Proyecto UMBRAL. Ed. Ciccus. Bs. As. 2009.

[iii] Martín Redrado fue Director Ejecutivo del CONET a finales de los 90.

[iv] Nora Cuello, “Una experiencia inédita en Argentina” en http://www.archivo.sadop.net/article/showArticle?catId=727&contId=3709