Su vida es hoy homenajeada en todo el continente, bajo el hermoso lema: Por aquí pasó Hugo Chávez, especialmente en su patria, Venezuela, que está siendo asolada por un intento de golpe “suave” hace ya varias semanas. La derecha, los poderosos del mundo, el Imperio, creyeron que con su muerte el chavismo se acabaría. Creyó que se extinguiría la devoción popular que despierta su obra, el amor profundo de su pueblo y de todos aquellos que supimos crecer en el mundo que él inauguró.
Chávez fue el primero en muchas cosas, pero sobre todo en haber despertado la necesidad de transitar otro mundo posible, haciéndolo real y verdadero, promoviendo la organización popular como eje central de su revolución socialista y del siglo XXI. Hugo Chávez actualizó en nosotros el amor por Bolívar y San Martín, la imperiosa necesidad de volver a unirnos en una Patria Grande para quebrar con tanto siglos de dominio colonial, la necesidad de organizarnos como clase trabajadora, pelear por nuestros derechos y por los derechos de todos los condenados de la tierra.
Hoy la historia nos sigue demostrando que el chavismo sigue siendo inconmovible y que tiene una continuidad y vigencia histórica difícil de quebrar. Es cierto, también, que todos y no solamente en Venezuela debemos estar más alertas que nuca, porque la derecha neoliberal quiere imponer su Alianza del Pacífico, sus golpes mediáticos y económicos para que nuestros pueblos que hoy avanzan hacia su definitiva independencia vuelvan a ser Republiquetas dependientes de los grandes poderes imperiales.
Como trabajadores, Chávez nos enseño a no renunciar por nuestras utopías y creer que la organización y la lucha, en definitiva la política, son las herramientas para cambiar la injusticia, tener derechos y ser libres. Los trabajadores de SADOP y la FLATEC celebramos hoy más que nunca su vida, porque los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos. Y Chávez, vive, hoy más que nunca.
María Casalla
Secretaría Internacionales
SADOP