El Fallo de la Corte no es un gran aporte a la transparencia de los actos de los magistrados: mantener en secreto el patrimonio de los jueces y funcionarios judiciales, o bien "auto/controlarse", no parecieran tratamientos adecuados en un País donde a cada “hijo de vecino” se le exige –con dureza– la presentación de Declaraciones Juradas ante la AFIP. 

Tampoco los Supremos han considerado válida la disposición que obliga a hacer públicas las sentencias y resoluciones judiciales, porque "invade una esfera propia y exclusiva de este Tribunal". Dicho en criollo: quieren que ciertas cuestiones permanezcan en secreto, o solo sean conocidas por los profesionales del lobby.

Pero el Pueblo –al que le interesa saber "de que se trata"– no es parte de los privilegiados abogados –¿o empresarios?– que sí recibirán la información. ¿Acaso no sabíamos que la información es poder? ¿Y que el poder –según estos Doctores– debe estar SIEMPRE LEJOS DEL PUEBLO?  

Los Sres. Jueces –a los que nadie votó, a los que el Pueblo no eligió y, en la gran mayoría de los casos, ni siquiera conocen– han decidido que es mejor mantener su actuación bajo la penumbra… no vaya a ser que sacarla a la luz los ponga en dificultades. Entonces, publicarán sus fallos en sus propios sitios Web y, seguramente, hablarán con la elite de abogados que tiene acceso al Tribunal, para –a ellos sí– darles un amplio panorama de su actuación.  

Cuesta mucho –lo digo como docente del campo del derecho– encuadrar estas conductas como propias de una Democracia Republicana, idea vacía y tan reiterada en los Fallos Judiciales.

A modo de conclusión: la CORTE SUPREMA de JUSTICIA NACIONAL IMPIDE que el Congreso y el Poder Ejecutivo avancen en REFORMAS al Poder Judicial. Y, a la vez, NO HACE NADA para producir esas reformas.

Un ejemplo contundente de acción para mantener el STATU QUO que beneficiando a cuatro pícaros, y perjudica al Pueblo.

Mario Almirón
Secretario General
SADOP