En el salón las distintas ponencias dejaron en claro que cualquier expresión relacionada con violencia laboral quebranta la calidad de vida de las trabajadoras y trabajadores y la falta de una legislación clara impide proteger a las víctimas, dando lugar a todo tipo de arbitrariedades y abusos de poder. Las graves consecuencias que acarrean el maltrato laboral y el avasallamiento de los derechos humanos traen como inevitable consecuencia el creciente deterioro de la salud psicofísica de los trabajadores y la de sus familias. La falta de reconocimiento, la desvalorización y el desarrollo de sentimientos de impotencia sumado a los graves perjuicios económicos en los ámbitos laborales -tanto públicos como privados- debido a la falta de una legislación acorde, genera estructuras laborales burocráticas con conflictos interpersonales no regulados.
Por otro lado, la suscripción del Acta Compromiso del pasado 8 de mayo también dio inicio a una nueva etapa para todas aquellas organizaciones gremiales que han participado en el acuerdo. De aquí en adelante, el desafío consistirá en continuar con la lucha codo a codo para que esa expresión de las voluntades devenga en un tratamiento parlamentario a fin de que se promulgue una Ley contra la Violencia Laboral. SADOP, como el resto de las organizaciones firmantes, continúa en esa pelea, dado que en los ámbitos escolares existen variadas formas que configuran violencia laboral, desde la persecución psicológica hasta el acoso liso y llano. Apoyamos, por este motivo, cualquier iniciativa legislativa que vaya en detrimento de esta verdadera injuria para todas y todos los trabajadores del país y en particular los de la educación.
Por Jorge Aramayo
Secretario de Derechos Humanos
SADOP – CDN